musica

Tyshawn Sorey desarrolla una poética musical en la que el silencio funciona como materia expresiva, moldeando timbres, duraciones y resonancias para que la pausa, la respiración y el espacio determinen el pulso y la forma de la obra. Este enfoque prioriza la escucha atenta, desplaza el protagonismo desde la densidad sonora hacia microvariaciones y texturas sostenidas, y propone que la intensidad no proviene del volumen ni de la velocidad, sino de la tensión acumulada entre lo que se toca y lo que se omite, invitando al oyente a reconsiderar cómo se percibe la buena música, la expectativa y el tiempo en el concierto contemporáneo.