But first, coffee

La entrada de agua en los oídos genera molestias y dudas sobre qué hacer y si existe peligro, sobre todo cuando el líquido queda retenido en el conducto auditivo y puede irritar la piel o favorecer infecciones del oído externo. Las medidas habituales priorizan el secado cuidadoso y la prevención de daños, evitando objetos que lesionen, y recomiendan consultar a profesionales ante dolor persistente, pérdida de audición, supuración o fiebre, especialmente en personas con antecedentes de problemas auditivos, niños y usuarios de dispositivos en el oído, o tras exposiciones repetidas en piscinas y playas donde la humedad prolongada aumenta la probabilidad de complicaciones.